miércoles, junio 28, 2006

El cigarrillo y el ángel oscuro en mi alma...


He estado meditando bastante, por fin comencé un proceso nuevo, un tiempo de reflexión más largo de lo habitual, mirándo mi interior, enfrentando mis reales miedos. Todo impulsado por los sentimientos hacia una persona que no he podido olvidar, que aún cuando su recuerdo duele en mi alma no puedo negar que he sido feliz amándola, porque es lo único que me mantiene en pie. Y tampoco tengo verguenza en gritarlo a los cuatro vientos, la amo, y si hoy tengo que pagar el daño que cause, pues es justo hacerme responsable.

Cuando tenía apenas nueve años tuve mi primer trabajo, crecí así, con un peso de responsabilidad en mi hombro, aprendí que la vida no era más que algo con lo que cargar y soportar, a los demás había que apoyarlos como fuera, nunca rompiéndome, nunca descansando. Mis estudios siempre fueron becados, me esforcé por ellos, y siempre he estado orgulloso de ello. Nunca aprendí a amar de verdad, ni a mí ni a los demás, no sabía que podía causarme, y por lo mismo no temía entregarme a nadie. Pero hoy todo es distinto, a pesar de haber creado en mi interior un mundo bello, que sólo la persona a la que amo conoce, la vida siempre me devuelve a ser un bruto sin vueltas, a rozar ese mundo oscuro que no quiero vivir, para el que ya no tengo fuerzas, porque ante el amor me rendí, y porque por fín he sido domesticado.

Hoy no siento fuerzas, me siento desgastado, como alguien me dijera una vez, me miro al espejo y veo en mis ojos un viejo en un cuerpo de joven, y aunque no he vivido grandes dolencias físicas, ni enfermedades graves, ya no siento ni fe, ni fuerzas, ni esperanzas... Hoy soy un ser juzgado por mis errores, y no por mi corazón, soy visto como un nefasto ogro porque cometí errores que hicieron daño, y a veces siento que no tengo perdón, y que no merezco lo que anhelo.

Bueno, es mi realidad hoy, ojalá a futuro cambie, pero como dijo un escritor norteamericano una vez. Siento que no tengo ni la fe ni la fuerza para comenzar denuevo...

Bueno sigo con mis cigarrillos de vainilla, ese aroma....

El CigarrilloTito Fernandez

Anoche estuve conversando con mi cigarrillo,
me sentía cansado, cansado y aburrido,
mi mundo está tan tiste, tan solo, tan vacío
que a veces me parece que ni siquiera existo.

Lo encendí despacito y le dí una pitada,
luego viendo com el humo se volatizaba,
recordé tantas cosas que creí alvidadas
y se las conté todas mientras me lo fumaba

le conversé de tí y mis añoranzas,
le conté de tus besos y de mis esperanzas,
le conté de tu olvido, le conté de mis lágrimas
y de aquello vivido que hoy se ha vuelto nada

le dije que es posible que a mi nadie me quiera
porque he pretendido vivir a mi manera,
porque me he negado quizás
a pagar ese tributo de bajezay pecado que hoy nos exige el mundo,

a lo mejor estoy acabado, la vida me ha vencido,
he vivido, he luchado, he llorado y sufrido,
y que es lo que he ganado con ser tan comprensivo,
vivir desesperado en un mundo vacío

anoche con mi cigarrillo estuve conversando
y después de acabarlo me he quedado pensando
que en este verso triste
que es el mundo en que vivo,
es el único amigo que me va quedando.